Por fin los canarios podemos descansar tranquilos. Podemos descansar por la seguridad que nos da un Gobierno serio, con capacidad de reacción y que sabe estar a la altura de las circunstancias. O así al menos me siento yo, al ver que la integridad territorial y nuestro estilo de vida están a salvo.

No obstante, me pregunto cómo fue posible que Judit Díaz, una mujer joven de 23 años (y recalco lo de mujer y joven porque me temo que tiene su importancia), con su violonchelo como única arma letal, ha podido hacer tambalear las entrañas de nuestra tierra.

Un pequeño paréntesis: Judit Díaz comenzó a estudiar violonchelo con 6 años, en estos momentos está realizando el último curso superior de violonchelo en el Conservatorio de Maastricht (Países Bajos) y lo compagina con conciertos en medio mundo. Acabó el Bachillerato en el Colegio Alemán de Barcelona, y habla con soltura cuatro idiomas. Vamos, una joven canaria peligrosísima.

Sigamos.

Según parece, esta chica, sin comerlo ni beberlo, casi acaba con los 33 años de EXCELENCIA de nuestro Festival Internacional de Música de Canarias, que, como todos sabemos, es un referente internacional de buenas prácticas y transparencia.

¿Su pecado? Pues va a ser que es la hija del ex-coordinador de la última edición: yo mismo (un talibán, como en cierta ocasión me llamó Guillermo García Alcalde).

Y es que en el FIMC, en 33 años, jamás se ha contratado a ningún familiar de ningún cargo público, ni a ningún hijo de…, viuda de…, hermano de…, ni a ningún amiguete. ¡Bueno, es que a nadie se le puede pasar siquiera por la cabeza semejante aberración!

Además, tenemos que sentirnos orgullosos y confiados de nuestros medios de comunicación, por su conocida independencia de los poderes, tantos públicos como privados, y por su incansable empeño en mantener bien informados a los ciudadanos, siempre ofreciendo información contrastada y veraz, como bien dice nuestra maltrecha constitución y el propio código deontológico de su profesión.

Así que, como se pueden imaginar, ¡Estoy eufórico! ¡Qué orgulloso me siento de este Gobierno y de nuestra prensa!

De nuestra prensa, por su poder de adivinación, su imaginación desbordante y sus impecables juicios sumarísimos.

De nuestro Gobierno, por su ejemplar sistema de cortar por lo sano antes de que se extienda la ponzoña… Claro que, con tanta prisa… ¡No se molestó en comprobar si la amputación estaba justificada y era necesaria!

Vamos, que antes de averiguar las circunstancias reales de lo que había pasado, prohibió la participación de Judit Díaz en la programación de la próxima edición del FIMC, como integrante del recién creado cuarteto de chelos Klengel.

¿Pero esto qué es? ¿Una respuesta ejemplarizante a una prensa que tanto el Gobierno como casi todos nosotros sabemos que es también ejemplar?

¡Ay, no sé!… ¡Creo que se me empieza a bajar la euforia!

¿Y si resulta que simplemente han optado por la sumisión ante semejantes poderes fácticos? ¡Ah, no… eso no… que eso no ha pasado nunca!

Bueno, vamos a hacer una parada, o mejor: un viaje retrospectivo para explicarles todo lo que pasó con las contrataciones para el Festival de 2018, porque, a estas alturas, yo creo que ya muchos pueden tener sospechas de que tanto la prensa como el Gobierno pueden estar faltando a la verdad.

Mi segundo contrato con Canarias Cultura en Red se hizo a través de la sociedad Farbe Music SL, de la que soy administrador único.

Este contrato se firmó el 2 de enero de 2017 y finalizó el 30 de abril de 2017.

El objeto del contrato era:

  • Elaborar las tareas de producción ejecutiva (que no las administrativas, jurídicas o económicas en general) del FIMC 2017.
  • Coordinar los trabajos de producción ejecutiva para todo el archipiélago Canario.
  • Acudir a las reuniones que el Consejo de Administración y la Comisión Asesora creyeran necesarias para el desarrollo de sus funciones.
  • Asistir a ruedas de prensa, actos y, en general, realizar tareas de relaciones públicas necesarias para el funcionamiento del FIMC 2017.
  • Cualquier otra tarea que el Consejo de Administración creyera necesaria para la realización del FIMC 2017.
  • Preparar la memoria.
  • Preparar el nuevo modelo del Festival.
  • Asesorar para la preparación de las bases para el concurso del nuevo director/a
  • Preparar (que no contratar) la programación de 2018

Al finalizar mi contrato (el 30 de abril de 2017) había concluido todas las tareas encomendadas (por cierto, también he leído en la prensa que me cesaron, lo que es totalmente falso. Simplemente finalizó mi contrato en la fecha estipulada, y siempre dejé claro desde el principio que no me presentaría al concurso de nuevo Director).

Respecto a la programación de 2018: en la fecha de finalización de mi contrato, sólo estaban contratadas (con cartas de compromiso firmadas por la Consejera Mariate Lorenzo) las siguientes agrupaciones:

  • Orquesta Sinfónica de Munich
  • Orquesta de Novosibirsk
  • Orquesta de cámara de Viena

Para el resto de la programación del FIMC en su edición de 2018, yo dejé una lista de 12 propuestas que, a petición de la Consejera, quedaban pendientes para que el nuevo director/a del Festival decidiera la programación definitiva, bien con éstas u otras nuevas. El hecho de dejar esta lista de propuestas era más que recomendable, puesto que no se sabía cuándo ni quién sería nombrado nuevo director y, por tanto, el tiempo para concretar una programación desde cero podría comprometer el desarrollo satisfactorio de la siguiente edición del FIMC.

Las propuestas que dejé sobre la mesa fueron:

  • Ensemble Kuraia
  • Nordic Voices
  • Guillermo García Calvo (director)
  • Ivo Pogorelich (Pianista)
  • Smash Ensemble
  • Cuarteto Klengel
  • Tabeas Zimmerman (viola)
  • Juan José Olives (director)
  • La Banda Municipal de Santa Cruz de Tenerife
  • La Banda Municipal de Las Palmas de Gran Canaria
  • Cuatro conciertos de jóvenes músicos canarios (“Mi primer Festival”), en colaboración con el Conservatorio Superior de Música de Canarias.
  • Encargo (y estreno) de una obra al compositor canario Manuel Bonino.

Meses después de la finalización de mi contrato, y debido al retraso del concurso para la elección de director/a y el posterior resultado del mismo como “desierto”, la empresa pública Canarias Cultura en Red completó la programación añadiendo (a las tres orquestas ya contratadas) sólo tres de las doce propuestas que yo había dejado: Nordic Voices, el Director Guillermo García Calvo y el Cuarteto Klengel, e incluyendo una nueva: el Ensemble Praeteritum. Sin embargo, según mis informaciones, hasta la fecha en que saltó a la prensa el tema de la contratación del Cuarteto Klengel, aún no se había firmado contrato alguno con ninguna de esas tres propuestas “rescatadas”.

Y, ya concretamente sobre el Cuarteto Klengel, he de decir que yo contacté (insisto, mientras estuve contratado) con un trío de chelos de la OFGC, y les consulté sobre la posibilidad de que hicieran un programa para cuarteto de chelos, porque consideré que sería más interesante para rotar por las Islas. A ellos les pareció buena idea, y quedaron en que buscarían el integrante que faltaba. Hasta aquí mi trabajo.

La posterior incorporación de mi hija al nuevo cuarteto la propuso el chelista polaco Adan Glubinski, antiguo miembro de la OFGC, amigo del trío y primera opción como nuevo integrante para formar el cuarteto. Adan Glubinski declinó la invitación por problemas profesionales, y propuso en su lugar a su exalumna Judit Díaz. Así es como llegó mi hija al nuevo cuarteto: recomendada por un profesional intachable.

Pero ¿A quién le importa la verdad? Y, por cierto, ¿Quién fue la persona que decidió contratar al cuarteto, ya con Judit Díaz como integrante, y luego filtrar la noticia a los medios? ¿De dónde sacaron su nombre?

En la página web nunca estuvo el nombre o las fotos de los cuatro integrantes del Cuarteto Klengel.

Por parte de la prensa y, lo que es más grave, del propio Gobierno, total insensibilidad manifiesta hacia un músico canario, mujer y joven.

¿Y por qué explico todo esto? Porque la inmensa mayoría no sabe que los músicos se cuentan entre los profesionales cuya formación es la más larga en el tiempo (14 años para obtener un título superior). Y, para mayor escarnio, les toca mantener el nivel trabajando no sólo en su puesto de trabajo, sino durante largas horas en su casa. Un esfuerzo titánico que permite al público participar de la grata experiencia de la música en directo. Porque lo de Operación Triunfo no tiene nada que ver con ser Profesor Superior de Violoncello.

Y, al fin y al cabo, ¿qué le importa al Gobierno de Canarias un joven talento de las Islas? Lo importante es tener a la prensa tranquila, ahora que vienen elecciones. ¿Qué importancia tiene la verdad sobre la contratación de Judit Díaz? Lo importante es mostrar la debida pleitesía a los Popes, a los que de verdad controlan la situación.

Ahora se me ocurre la idea de iniciar una campaña de recogida de firmas para que a las próximas elecciones se presenten los periódicos y las radios, porque parece que al final son los que mueven los hilos de nuestros títeres políticos.

Puede que algunos piensen que estoy deshonrando a mis antepasados (todos canarios de Lanzarote y Fuerteventura, y de los que las pasaron canutas para sobrevivir). Todo lo contrario. No me siento orgulloso de esta forma de hacer Canarias, como tampoco lo estarían ellos.

Otra Canarias es posible: una Canarias sincera, honrada, generosa, culta y sostenible. Tal y como eran mis antepasados, y tal y como son la inmensa mayoría de nuestro pueblo canario.