Alexis Lemes

Alexis Lemes (Lanzarote, 1977) se inicia en el timple principalmente de manera autodidacta. Su sueño e ilusión es seguir trabajando en lo que más le gusta: interpretar. Sus incursiones en el jazz y su dominio de la técnica son sus dos señas de identidad.

– Háblenos de sus orígenes.

«Básicamente he sido autodidacta aunque he contado durante una etapa con la formación de mi profesor Aldo Vázquez (Cuba). Después de ganar el primer certamen de timple en Lanzarote, empecé a tomármelo en serio, sobre todo por las influencias que he tenido de tocar con mucha gente. En mi opinión, nada tiene secreto, todo se consigue con mucho esfuerzo».

– ¿Cómo le enganchó el timple?

«Recuerdo haber visto por primera vez al maestro Gopar (un gran músico) haciendo cosas con el timple y la guitarra, buenísimas, y que yo nunca antes había escuchado. ¡Aquella técnica y aquel sonido me engancharon!».

– ¿Qué timplistas le han influenciado?

«Me ha influenciado mucho escuchar a tres grandes como Domingo ‘el Colorao’, Benito Cabrera y José Antonio Ramos. Cuando les oí por primera vez, me parecía que su obra era increíble. Creo que nunca el timple ha estado tan alto».

– ¿Qué proyectos tiene en la actualidad?

«Próximamente un concierto el 7 de noviembre en el Teatro de Tías (Lanzarote), la ‘V Muestra de Jazz Showroom’ bajo la producción de Kike Perdomo, y en Berlín, del 24 al 28 de octubre con la ‘Asociación Canarias en Europa’ en el Auditorio de la Embajada.

– ¿Cuál cree que es su principal fortaleza?

«Las ganas, la ilusión de tocar que es lo más que me gusta hacer».

– ¿Cuál es su gran sueño?

«Seguir tocando el timple es mi gran sueño».

– ¿Qué timples tiene?

«Tengo timples de Vicente Corujo, de KiMa y uno restaurado por Jesus Machín».

Alexis Lemes– ¿Cómo valora la situación actual de la Cultura en Canarias? ¿Cree que la crisis afecta al colectivo?

«Claro que afecta a todo el mundo, pero afortunadamente, tocar siempre se puede. Si no públicamente, lo podemos hacer en casa con los amigos, aunque organizar tocatas de esta manera tiene el inconveniente de que no tienen demasiada proyección. Es decir, el exterior no se entera. (Risas) Por otro lado, en el mundo de los proyectos culturales hay de todo un poco: hay cosas que se han apoyado y otras que se han ido a la papelera. A mí personalmente me gustaría que el apoyo al timple sea mayor».

– ¿Qué opina de la situación del timple en la actualidad en Canarias? ¿Y en el mundo?

«Creo que está en un buen momento. Cada vez hay más gente interesada y más luthieres. El timple se conoce mucho en parte del mundo, pero hay otra gran parte de países que lo ignoran».

– ¿Cree que el timple tiene suficiente relevancia como para que esté presente en el Conservatorio de Canarias?

«Claro que sí. Me gustaría que se consiguiese ese objetivo, sería francamente muy bueno. Tenemos mucho material desde iniciación hasta cosas de mucho nivel».

– ¿Debería estar en las escuelas al igual que el silbo en La Gomera?

«Sí, pienso que todos los niños deberían de conocerlo».

– ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación del timple hoy?

«La situación actual me parece que es muy buena. Hay un montón de gente tocando muy bien y sobre todo con estilos y géneros diferentes».

– ¿Y su relación con internet como medio difusor de su música?

«¡No me llevo muy bien con la informática! (Risas)»

– ¿Qué debilidades y fortalezas cree que tiene el timple?

«En cuanto a las debilidades, creo que el tema del sonido amplificado es muy complicado. Reconozco que el instrumento «al natural» funciona bien simplemente con un buen micro. Y ahí tenemos el ejemplo del gran maestro Domingo ‘el Colorao’. Pero a los que nos gusta tocar con bandas y componentes eléctricos, nos vemos obligados a amplificarnos con sistema de previo y entran en juego muchos factores: el mismo intérprete, el ajuste del timple, el ajuste del previo, el técnico de sonido, etcétera. Desde mi humilde opinión, casi siempre noto que hay mucha cantidad de estridencias y poca calidad en el aspecto de la amplificación. En cuanto a las fortalezas, el timple es, rítmicamente, un instrumento muy grande».

– ¿Cree que el timple suscita interés?

«Hay muchas escuelas haciendo cosas muy interesantes. Yo creo que el interés al final depende de cada uno. Y dentro ello, hay personas interesadas en el timple de acompañamiento  y otras en el timple solista. Pienso se debería tocar mucho más por las calles, bares, etcétera. Ese tipo de cosas generan, sinceramente, un verdadero interés en el pueblo. ¡Y nos unirían mucho más!»

– ¿Qué anécdota destacaría de su carrera hasta hoy?

«Recuerdo en la Sala Torrelavega, que en el primer tema se me partió la primera cuerda. Me vi súper apurado y encima no tenía más timples».

– ¿Qué consejos le daría a una persona que se inicia en su especialidad hoy?

«Primero que se pregunte si realmente tiene pasión por el timple, y luego, que se entregue a tope».

– ¿Podría señalarme un par de timplistas, artesanos o persona relacionada con el timple que debamos entrevistar para el canal?

«Hay mucha gente mayor que ha vivido el timple de una manera auténtica y puede contar cosas muy interesantes. Además, me parece que cualquiera de los timplistas actuales seguro que tienen también cosas muy interesantes que decir. Dentro del mundo de los luthieres, me parece que tiene un gran control del asunto Jesús Machín, He tenido conversaciones con él y, la verdad, no había escuchado nunca a un luthier con tanta información y control. ¡Machín es un mundo! (risas)»

-¿Quisiera añadir algo más?

«Por supuesto. Agradecer a todos los amantes del timple de una manera u otra por lo grande que es y han hecho a nuestro sonido representativo».