sangineles_wideSegún la tradición oral, en las costas del Puerto del Arrecife, apareció un cuadro de San Ginés y “los del puerto” (así nombran a los arrecifeños en el resto de Lanzarote) lo convirtieron en su santo patrono. Desde la fundación de la parroquia, en 1798, tiene lugar su fiesta, que dio en llamarse cariñosamente Los Sangineles y que ha sido siempre una de las celebraciones más populares de Canarias.

La lectura de prensa insular nos da algunas referencias de cómo se celebraba a principios del siglo XX. En un diario de 1907 se habla de la gran luchada, en la que destacó el luchador Mandarrias, así como de la fiesta marítima, en cuyas embarcaciones iban “unas señoritas muy bien ataviadas y otras con comparsas de jóvenes con rondallas”. En el siguiente año, encontramos crónicas que hablan de la cucaña marítima y del vistoso baile con ambigú que tuvo lugar en el Casino.

En 1957, el pregonero fue el insigne escritor y cronista Agustín de la Hoz. Ese mismo año se recupera para la fiesta el famoso Circo Toti, que -años atrás- había sucumbido en Arrecife, pasto de las llamas.

Algunos columnistas se quejan de la poca variedad musical que existe en la fiesta de la capital, donde no existe una banda de música en la década de 1950, aunque sobran (a juicio del columnista) tocadores de timple “ese instrumento bárbaro y rudo, reclamo de ventorrillos”. Parece que las parrandas nunca faltaron en San Ginés, ya que Arrecife, tal como relataba Isaac Viera, era un pueblo muy abocado a la parranda.

En estos días, el CEDOCAM de La Laguna ofrece una exposición con programas antiguos de dicha fiesta. Asimismo, en Arrecife se puede disfrutar de una muestra de fotografías antiguas de Los Sangineles, que han mantenido buena parte de su esencia.

Foto de la muestra.